Violencia de Género 2.0

Hay quien no entiende por qué las mujeres jóvenes, en concreto, siguen sufriendo violencia de género. El argumento, de peso para cuñados de barra de bar, se concentra en la siguiente frase “antes sí pero ahora no”. Lo dicho, de peso. Hay quien le añade la coletilla “porque ellas no trabajaban” o la favorita de quien escribe “porque antes se aguantaba más”. ¿Qué se aguantaba? ¿Golpes, violencia física, económica, sexual, el constante control? Nos sigue costando llamar a las cosas por su nombre.

Precisamente, es ese control constante lo que ha cambiado. No es el mismo al que generaciones anteriores eran sometidas, ahora es más riguroso. La violencia simbólica, por supuesto, siempre ha existido y es previa, en muchos casos, a la violencia física.

La función de este tipo de violencia es allanar el terreno antes de la primera bofetada. Por otro lado, es el más complicado de detectar, pero no por ello hace menos daño. Las palabras también matan.

El control dominio se ha acentuado entre los y las jóvenes y con él pasa como con cualquier fase del ciclo de la violencia de género: hagas lo que hagas, digas lo que digas va a estar mal. Cumplir con la voluntad de él y con todas sus exigencias no solo no es sano en el plano afectivo, además es inútil. Nunca estarás a la altura de sus expectativas, nunca será suficiente.

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Detrás de todo maltratador hay un detective privado en potencia. Son especialistas en revisar álbumes de fotos, de comprobar la ubicación de las fotos de tus amigos y amigas, en caso de que tú la tengas desactivada, de contrastar hechos y trayectos.

Estos Sherlock Holmes frustrados bombardeaban antes con preguntas del estilo ¿a dónde vas?, ¿con quién vas?, ¿cómo vas vestida? Estas preguntas, como hemos dicho, han evolucionado y las respuestas ahora deben ser más exactas que nunca porque podemos estar seguras de que serán sometidas a un control férreo que ya quisiera para sí la Maldita Hemeroteca y sus facts check.

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A estos clásicos se suman ahora los siguientes ejemplos:

  • “Sácate una foto para ver lo guapa que estas”, es el moderno y más sutil ¿cómo vas vestida? Y trae las mismas consecuencias que la clásica pregunta “¿No vas muy suelta tú?”
  • “*Inserte aquí cualquier nombre* le da a me gusta a todas tus fotos”, está detrás de ti. Además de detective privado en potencia, muchos maltratadores ven el futuro en su particular bola de cristal machista.
  • “Nunca me pones en tu foto de perfil”: suele ir acompañada de una broma/reproche del estilo “cualquiera diría que te avergüenzas de mí

Por otro lado, existen mecanismos que perpetúan este control y que permiten comprobar en todo momento la disponibilidad de la persona sobre la que se ejerce violencia, como puede ser el doble check de Whatsapp al que ahora se suma el check azul de los mensajes privados de Twitter y Facebook y la Ubicación fotos y tuits en esas mismas redes sociales.

La aparición de estos nuevos sistemas que facilitan el control dentro de las relaciones de pareja deja patente que el machismo ni se crea ni se destruye, solo se transforma.

Nota: la imagen de portada ha sido extraída de la siguiente fuente.